7 de enero de 2014

esta ciudad de abril




esta ciudad de abril



hablo de la ciudad construida por los muertos,
habitada por sus tercos fantasmas, regida por su
despótica memoria
Octavio Paz, en Árbol adentro


America when will you be angelic?
When will you take off your clothes?
Allen Ginsberg, en Howl and other poems







muchacho
esta ciudad de abril
la raíz más amarga entre mis dientes
puñal entre mis piernas
la venerada virgen en los altares de la política
la digerimos lentamente en la mañana con el tráfico y el smog y la bachata y el chillido
la vomitamos luego de cada borrachera cerca de la lotería o por el parque san josé o la zona real
el jolgorio con pílseners y mujeres con lentejuelas y pirotecnia en los corazones
la sorbemos en el añejo bella nápoles
es la pradera el río más caudaloso para las agencias de seguridad
un cuerpo canceroso cuyas vértebras se van fracturando
la pega para los hambrientos
la cárcel para los que buscan la detonación de las palabras más inconformes y desarticuladas

estoy sola
y soy un cedro en este infierno

un cocodrilo me podría degollar en la esquina más inesperada
en la estación de autobuses inservibles
a la salida de un centro comercial
así
mi nombre pararía en un cementerio clandestino
junto a miles de desaparecidos
los que una vez cantaron el himno con orgullo en las escuelas parecidas a las ratoneras
y que elevaron plegarias en las iglesias hoy clausuradas por los terremotos de la lujuria

la ciudad no es piadosa
con el recién nacido abandonado
ni con la joven atropellada frente a las cámaras de televisión
ni con los vagabundos y las prostitutas que colman su pequeño vientre
como fetos enfermos
ni con los drogadictos de las aceras que se acumulan como basura

las manos a cualquiera podrían cortarles en esta ciudad
luego venderlas en las carnicerías
o servirlas en los banquetes de los pobres
(bien en un orfanato)
o disparar al corazón más necesitado de armonía
al más necesitado de bailes y frutos
al más necesitado de caricias de violines y delfines

es normal encontrar cabezas colgando de las lámparas
o de los árboles
o rodando en los parques como pelotas de fútbol
(un deporte muy divertido)
en esos parques los columpios ya no albergan las risas
ni el encanto acaricia su grama que una vez sirvió a los enamorados

sabes muchacho
los habitantes de esta ciudad
bajo el techo de un abril excremento
devoran las mujeres con fiebre y alcohol
y en las alcantarillas vierten la sangre

la pequeña ciudad de púas
el cadáver que todos los días cargamos en silencio



Miroslava Rosales- El Salvador





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Miroslava Rosales (San Salvador, EL SALVADOR  1985). Profesora de la Universidad de El Salvador. Forma parte de la Dirección Nacional de Investigaciones en Cultura y Arte y del comité editorial de la revista ARS. Su trabajo aparece en la antología Nuevas voces femeninas de El Salvador (2009), del escritor Manlio Argueta, publicada por la Editorial de la Universidad de El Salvador; en Una madrugada del siglo XXI (2010), selección, prólogo y notas por Vladimir Amaya; y en Las perlas de la mañana siguiente (2012), antología del taller literario El Perro Muerto.

 


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