
Al HERMANO HAITIANO
A las víctimas del terremoto del 2010
Hoy te lloro.
Debí llorar ayer
o llorar siempre.
No hubo en el Caribe cafetal
ni cañaverales en que tus brazos
no estuvieran.
No hubo riqueza en que tu sudor y tu sangre
no estuvieran.
Y regresaste siempre a la sombra, al adobe.
Nunca te faltó el hambre
ni la muerte.
No importaba tu historia libertaria
ni cuanto diste de libertad a otros.
Paseaste tu miseria
y voltearon el rostro.
Sobrevivir apenas fue un milagro.
Sobrevivir en un mundo de racismo.
Hoy sangras más que nunca
y están junto a ti
abeles y caínes.
¡Cuidado, hermano!:
los unos son palomas.
Los otros, los conoces,
son los buitres de siempre
Miguel Crispín Sotomayor- Cuba
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