20 de diciembre de 2014

Si esto es un hombre





Si esto es un hombre

Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.

(En Si esto es un hombre; 1947)






Primo Levi- Italia





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Primo Levi
       
(Italia, 1919-1987)
Novelista, ensayista y científico italiano, superviviente del campo de concentración nazi de Auschwitz-Birkenau. Levi nació en Turín el 31 de julio de 1919 y estudió química en la universidad de aquella ciudad entre 1939 y 1941. Se encontraba trabajando en el terreno de la investigación, en Milán, cuando la intervención alemana en el norte de Italia, ocurrida en el año 1943, le empujó a unirse a un grupo judío de la Resistencia. Fue detenido y deportado al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, en el cual sobrevivió desempeñando trabajos de laboratorio para los nazis. Retomó su carrera como químico industrial en 1946 y, al jubilarse en 1974, pudo dedicarse con más intensidad a la literatura. Entre los muchos libros que Levi escribió a lo largo de su vida destacan Si esto es un hombre (1947), que contiene su visión particular de lo inhumano de Auschwitz, La tregua (1958), en el cual describe su largo viaje de retorno a Italia a través de Polonia y Rusia, después de ser liberado, El sistema periódico (1975), un grupo de narraciones cortas en las que utiliza los elementos químicos como metáforas para caracterizar a distintos tipos de personas, y Si no ahora, ¿cuándo? (1982), una obra en la que describe el grupo de la Resistencia al que perteneció, y mediante la cual intenta refutar la idea de la pasividad de los judíos frente al nazismo. Levi se suicidó el 11 de abril de 1987, arrojándose al vacío, por el hueco de la escalera de su casa.  










LOS NIÑOS MUERTOS





LOS NIÑOS MUERTOS

("Por la Casa de Campo
y el Manzanares
quieren pasar los moros.
¡No pasa nadie!"
No pasa nadie, no,
no pasa nadie,
sólo pasa la muerte
que va a buscarles.)

Murieron como todos los niños sin preguntar de qué 
y por qué morían.
A las 10 de la noche los aviones negros arrojaron bengalas 
como en la verbena.
Al espía que hizo señales desde una ventana le agujerearon 
el cráneo.
La muerte, con traje de luces, dio varias vueltas por la ciudad.
A las 10 y 2 minutos un estruendo redondo siguió a cada silbido.
Los tranvías se lanzaron a la carrera y un especial azul agonizante.
El primer muerto falso fue un maniquí desvelado amarillo.
Todos los grifos de la ciudad fueron abiertos, 
todos los vidrios se arrugaron.
El espía apretaba en su mano un plano del Museo y un trabuco.
En las mansiones incautadas los señores de los óleos 
parecían decir: "No nos dejéis”.
Los periodistas extranjeros hicieron cola para ver 
a la primera señorita muerta.
Los pianos cerrados de pronto con el ruido 
del féretro desplomado,
el olor del jardín mezclado al del humo 
y la carne chamuscada,
el hombre que precisamente a esa hora 
va en busca de la comadrona,
la estatua sin cabeza con un letrero que decía Peluquero 
de Señoras,
el ladrido de los perros más solo que nunca al fondo 
de los corredores,
todo pasó rápidamente, como en el cine, 
cuando aún se oía el zumbido de la avispa gigante.

Los niños muertos por juguetes, asesinados 
por grandes mecanos armados,
con los que ellos soñaban cada noche, 
fueron recogidos al alba sin mercados,
sin máscaras sueltas, sin churros, sin canciones 
(fue la primera vez),
sin caballos blancos, sin manicuras, 
sin timbres de relojes, entre ambulancias,
linternas, sábanas, delegados del gobierno, 
funebreros y vírgenes llorando.
La, sangre de los primeros niños muertos corrió 
toda la noche.
Cada niño tenía un número sobre el pecho, el 7, el 9, 
el 104, el 1,
pero la sangre corrió y se hizo río y fue una sola entonces,
la primera que corrió por los canales del sobresalto 
y el rencor.
En la tierra por ella regada en la noche 
creció la rosa de la pólvora,
la rosa que hoy vigila hs puertas de Madrid 
y cuando se acerca la avispa
lanza contra ella sus furiosos pétalos junto a los hombres 
que sonríen,
a nuestros bravos soldados que sonríen 
porque saben por qué pelean y mueren.


(En La muerte en Madrid; 1939)




Raúl González Tuñón- Argentina









Eva sale a buscar semilla




Eva sale a buscar semilla

Algo de guerra tiene la golpiza en la casa
el no entender ese trozo de tierra que nos viste
agua marina nos recorre adentro

Algo de guerra tiene
embadurnarnos de plástico en vidrieras
recortarnos la piel como papeles
juzgar nuestra pequeñez morena y pobre

Algo de guerra tiene
matarnos la carne de los hijos
prohibirnos el pan que amasamos
la tierra que ancestralmente es nuestra

Algo de guerra tiene
convertir nuestra desnudez en pornografía
vendernos en portadas de revistas
tildarnos de bellas y pasivas
como intentando callar nuestra rabia de siglos
nuestra bronca de ahora

Algo de guerra tiene declararnos musas
a estas manos no les hace falta tinta para hacer poesía

Algo de guerra tiene
acostarnos al parir nuestros hijos
soledad en medio del llanto de ese niño que sólo es añoranza
de su nido

Algo de guerra tiene
la faldita de la escuela
la muñeca anoréxica
la cocinita de plástico, el lacito rosado
cerrar las piernas, no hablar en público, pedir permiso
siempre bajar la cabeza

Algo de guerra tiene
no tener nombre sino ser hija o madre o esposa de un hombre
ser el apellido

Algo de guerra tiene
no reconocerse en el espejo
imitar otras voces, otros cuerpos

Algo de guerra tiene este occidente de Evas esclavas
de dios y progreso

Mordemos la manzana
Pachamama tiene nombre de mujer


(En Festival Mundial de Poesía Venezuela 2006; 2006)






Aquarela del Sol Padilla- Venezuela








Aquí cae mi pueblo







Aquí cae mi pueblo

Aquí cae mi pueblo. A esta olla podrida de la fosa
común. Aquí es salitre el rostro de mi pueblo.
Aquí es carbón el pelo de las mujeres de mi pueblo,
que tenían cien hijos y que nunca abortaban como las meretrices
de los salones refinados en que se compra la belleza.

Aquí duermen los ángeles de las mujeres que parían
todos los años. Aquí late el corazón de mis hermanos.
Mi madre duerme aquí, besada por mi padre.
Aquí duerme el origen de nuestra dignidad:
lo real, lo concreto, la libertad y la justicia.

(En "Desde abajo", en el libro Contra la muerte y otras visiones; 2007)






Gonzalo Rojas- Chile











Nosotros no mentiremos




Nosotros no mentiremos

Nosotros no mentiremos,
no habremos de recurrir al oro falso
como quienes apelan de pronto a una impostura;
no diremos que las lluvias traen paz y las inundaciones beneficio,
que pueden las cordilleras bajar a las llanuras,
o que en días aciagos el fervor se mantiene
como un metal de permanente brillo.

No, nosotros no mentiremos;
no elegiremos al hijo un sitio fatuo,
no instaremos a su alma a la mansedumbre
ni al inútil orgullo que desvía la luz de la justicia.

No iremos a compartir la mesa
de los mercaderes, no armaremos las trampas
que ellos preparan a los pájaros desorientados en invierno,
no deformaremos tampoco nuestra historia de amor y de penurias
y la ofrecemos tal cual sea en su copa de fiebre y de tormento;
y si tuviésemos que edificar en la ilusión
y en el tul del ensueño, nuestro abrazo perenne
será veraz, desgarrador y puro,
de modo tal que puedan acercarse a este sitio los claros y los simples.
No, no diremos siquiera
que no envejeceremos, no subiremos a las nubes
ni bajaremos de las nubes, y sólo así, con el cáliz en alto, ayudaremos a vivir
con nuestra sola verdad clara, con el idéntico
gesto con que ayudamos a atravesar la calle a los mendigos,
y seremos los primeros y los últimos,
igual a todos los mortales masticando su yerba.

No, nosotros no mentiremos.

(De El viejo fuego; 1969)




Elvio Romero- Paraguay





19 de diciembre de 2014

XXVIII



XXVIII

El joven poeta imberbe vietnamita
que cayó en su casamata
sin terminar su poema.

El músico de veinte años
que murió en Irlanda
sin formar su conjunto
sin componer su canción.

El estudiante fuerte y alegre
como mi hijo
que cayó en cualquier calle
de cualquier facultad
sin obtener su diploma.

El adolescente pintor
que sucumbió en Buenos Aires
con todos sus cuadros bosquejados
en su cabeza.

El hijo del minero
que cayó en Bolivia
sin ver la revolución.

El muchacho de cualquier parte,
muerto en cualquier sitio,
cuando empezaba a vivir.

El joven masacrado exterminado
por los lobos de siempre
en cualquier lugar de la tierra.

Todos ellos aguardan todavía
en la pupila y en el pulso
de los que siguen en la lucha,
esperan que entre todos
escribamos sus poemas,
hagamos sus canciones,
y terminemos sus cuadros
y la revolución.

(En Poesía política y combativa argentina; 1978)







Alberto Vanasco- Argentina





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Alberto Vanasco

Buenos Aires, 1925 / Buenos Aires, 1993
Segundo de cuatro hermanos, Vanasco nació en Buenos Aires en 1925. Sus primeros años vivió en San Juan y ese entorno campero marcó felizmente el inicio de su obra. A los 18 años publicó su primer libro, la novela “Justo en la cruz del camino” y su pasión por la literatura ya estaba echada. A partir de 1935 comenzó a viajar regularmente con su familia a Buenos Aires, idas y vueltas hasta que después de la muerte de su padre se instaló en Buenos Aires. Dos veces casado y con tres hijos, Vanasco desempeño más de un oficio para ganarse el pan y toda su vida fue un canto a lo nuevo. Formó rabiosamente parte de la vanguardia artística de mediados de los años 40; en compañía del poeta Mario Trejo (1926) fundó el grupo cultural de agitación HIGO club, un antecedente del happening porteño, junto a Paco Urondo dirigió la revista Zona y participó activamente de las publicaciones Macedonio y Letra y Línea. Por períodos residió en las ciudades de Nueva York y Barcelona. Desde 1991 hasta su muerte, ocurrida dos años después, presidió la CONABIP (Comisión Nacional Protectora de Bibliotecas).
Inquieto sobre todo, A.V. se arrimó al surrealismo local y también sumó pluma al grupo Poesía Buenos Aires. Amigo de Enrique Molina, del correntino Francisco Madariaga y de Edgar Bayley, Vanasco desplegó sus propias virtudes y desarrolló una obra literaria que no dejó rubro sin ocupar. Novelista, cuentista, dramaturgo (con Trejo escribió la recordada y exitosa obra teatral “No hay piedad para Hamlet), guionista, ensayista, traductor y poeta. Su obra en verso suelta amarra con la publicación de “24 sonetos absolutos y dos intranscendentes” (1945, reeditado en 1971), después vinieron “Cuartetos y tercetos definitivos” (1947), “Ella en general” (1954) y “Canto rodado” (1962).
“Creemos que “diamantino” es adjetivo que conviene al estilo de Vanasco, donde el concepto brilla sin sombra de verbosidad, atenuado algunas veces por la metáfora y otras por la melancolía. Es así como el poeta logra transmitirnos su insaciable exigencia de esperanza”, según afirmó de nuestro poeta de hoy la escritora y periodista Haydee Breslav.


Épocas



Épocas

Hay épocas en que la poesía se espanta de las almas
benditas y de los espíritus sin mácula que cuentan
estrellas ante las sombras del río…

Hay épocas en que la poesía pierde la buena medida,
el buen tono, la buena contemplación, el buen amor,
el buen humor, la buena razón y el buen apetito
con que los cuerpos abren las puertas del destino…

Hay épocas en que la poesía llora en la noche
con lágrimas de niño y dice adiós a la belleza
sin estrépito, y corre hacia el infierno
con botas de gigante para sus pies deshechos…

Hay épocas en que la poesía no duerme
entre las sábanas almidonadas de la cultura,
debe buscársela sonámbula y a los tumbos, casi ciega,
entre tiros y gritos y pájaros de mal agüero,
en noticias policiales…

Hay épocas en que la poesía sólo conoce las prácticas
subversivas y los métodos piqueteros
(la cosa es: tomar por asalto el palacio de verano y
el de invierno,
o cortar las rutas o cubrir de humo negro el cielo,
o morir de pobre,
en la soledad del silencio,
como los elefantes mueren en los bordes de la selva.)
Entonces la poesía anda sin brújula, a saltos de mata,
de un lado a otro, del mar a la meseta, mientras el otoño
nos envuelve con su luz dorada
y sólo cambia que uno está más viejo…

Hay épocas en que la poesía se plantea una última cuestión:
¿Cuando lleguen los poetas del mañana,
los que anuncian la alegría,
tendremos algo más para recibirlos
que tumbas de inocentes sin justicia
y la moneda de la vida jugada a cara o cruz?

“Épocas”. En Y otra vez las músicas, 2007.






Vicente Zito Lema- Argentina






A confesión de pájaros…o un poema panfletario para Kobane




A confesión de pájaros…o un poema panfletario para Kobane

El vientre de las mujeres kurdas
preñado de la humanidad entera
no es de pan
ni de maíz

sus sexos son el comienzo del hombre
linaje de senos de carne poblaron la nación prohibida
sus bocas de arroz nacidas para morir de hambre

Ellas gritan un idioma que se perdió en las formas del tiempo para retornar
los campos naranjas vieron venir el ruido de la guerra necesaria

Los vientres en Kobane son de fuego
a plomo se hacen las tierras que poblarán sus hijos libres
no más llorar la ausencia del hombre de la guerra
estando abiertas todas las sombras de la muerte
será bienvenida cada mano que sepa llevar un fusil
será bienvenido cada aliento entregado al cultivo del mundo

La llenura de la luna está en la guerra desde ahora
y el canto hondo al amanecer
el mismo con que se siembra el suelo
las palabras con que nombraremos lo que vendrá
la libertad que por desconocida se desea

El vientre de las mujeres kurdas
llevan dentro la sangre como un volcán
han decidió cerrar las puertas de casa para volver a ella abriendo las ventanas para siempre
en cada vigilia asoman el pronunciamiento de la rabia
la anatomía circular del aire
verticalidad del árbol
y los himnos de la garganta hembra
espectadoras de dolor por siglos de líneas fronterizas

las generaciones de cadáveres en el vientre de las mujeres kurdas

ser la carne
ser la clase
ser el sexo
en nombre de la libertad

Los vientres de las mujeres kurdas
han abierto un hoyo sobre la tierra
quebrándola
a confesión de pájaros
han dejado tronar sobre los pies su canto




Aquarela del Sol Padilla- Venezuela




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AQUARELA DEL SOL PADILLA

Nace en 1988 (Caracas-Venezuela). Estudió en el conservatorio de música Vicente Emilio  Sojo. Realizó  taller  de  fotografía  en  la Escuela Cristóbal Rojas. En el 2004 quedó seleccionada como ganadora del concurso Monteavila  editores mención  poesía.  Finalista  en  el XIX Concurso Nacional de  poesía  para  liceístas  2004 Casa Nacional  de  las  Letras Andrés Bello. Integrante en el 2005 del Circuito Liceísta de  las Letras. En el 2005 el certamen mayor de  las  letras publica  su poemario  “Acordes  del mañana”. Presente en la antología de poetas liceístas 2006 “Voces jóvenes en la mirada del mañana” editado por Nadie nos Edita editores. Invitada a  la Feria Internacional de La Habana y La Paz. Ha realizado diversos talleres en el área de escritura de guión literario. Participante del Festival Mundial de Poesía, Venezuela 2006.

Aquarela del Sol; un nombre armónico para ser poeta. Da vértigo asomarse a la reseña que sentencia que esta escritora venezolana nació en 1988. Y ahí está ella; resuelta, con el término sincero, lejos del arreglo floral. De frente a su tiempo, ahuyentando el balido de los escritores de moda, emergiendo de la marea que dictamina que no hay nada que decir, desoyendo el berreo afectado que baja de los salones. Ahí, justo ahí: mezclada entre la gente, Acuarela del Sol Padilla con un puñado de semillas en una mano y restos de tierra en la otra; cantando: que hay aún Evas que no agachan la cabeza.




9 de diciembre de 2014

A LAS SEIS LOS ALBERGUES






A LAS SEIS LOS ALBERGUES

Cajeros muertos
de indigencia ciega.
Camas nocturnas. 

A las seis viven.
Okupas de la calle,
almohadas duras,

paisaje fiero,
blancas damas feroces,
malviven sin sed.

A las seis los albergues






Isabel Rezmo- España








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6 de diciembre de 2014

MARY GRUESO ROMERO La poesía afrocolombiana





SI DIOS HUBIESE NACIDO AQUÍ

A la Dra. Soffy Romero Hinestroza

Si Dios hubiese nacido aquí
Sería un pescador,
Cogería chontaduro
Y tomaría borojó.
María sería una negra
Requete-gordita como yo
Que sobre la cabeza
Llevaría un platón
Llenecito de pescado
Ofreciéndolo a toda voz
Recorriendo las calles
Por toda la población:
“Llevo pescao fresquito
Con leche y sin estropiá;
El pargo pa´come frito,
Y el ñato pa´sancochá,
Canchimala par tapao
Y er pollo pa´sura”.

Si Dios hubiese nacido aquí,
Aquí en el Litoral,
Sería un agricultor
Que cogería cocos en el palmar
Con un cuerpo musculoso
Como un negro de El Piñal,
Con una piel azabache
Y unos dientes de marfil,
Con el pelito apretado
Como si fuera chacarrás.
En la llanura del Pacífico
Tumbaría natos y manglar
Que convertiría en polines
Pa´los rieles descansar,
Y sacaría cangrejos
De las cuevas del barrial.

Si Dios hubiese nacido aquí,
Aquí en el Litoral,
Sentiría hervir la sangre
Al sonido del tambor.
Bailaría currulao con marimba y guasá,
Tomaría biche en la fiesta patronal,
Sentiría en carne propia
La falta de equidad
Por ser negro,
Por ser pobre,
por ser del litoral.




NAUFRAGIO DE TAMBORES

En mi sangre de mujer negra
Hay tambores que sollozan
Con rumor de litorales,
Naufragio de marimba
En los esteros de la manglaria.

Oigo sonar el guasá
Con sonidos incitantes,
Y siento un clamor en el cuerpo
Que me recorre hasta el alma
Cuando me llaman de adentro,
De las profundas entrañas,
Los gritos de mis ancestros
Formando tempestades
En mi corazón y en mi sangre.

Entonces se encienden hogueras
En mi ánfora pagana
Y me muevo como palmera
Cuando el viento la reclama.

Son tambores navegantes
Desde los estuarios de África
Que navegan en la orilla oscura de mi carne.




NEGRA SOY

¿Por que me dicen morena?
Si moreno no es color
Yo tengo una raza que es negra,
Y negra me hizo Dios.

Y otros arreglan el cuento
Diciéndome de color
Dizque pa` endulzarme la cosa
Y que no me ofenda yo.

Yo tengo una raza pura
Y de ella orgullosa estoy
De mis ancestros africanos
Y del sonar del tambó.

Yo vengo de una raza que tiene
Una historia pa´contá
Que rompiendo sus cadenas
Alcanzó la libertá.

A sangre y fuego rompieron,
Las cadenas de opresión
Y ese yugo esclavista
Que por siglos nos aplastó.

La sangre en mi cuerpo
Se empieza a desbocá
Se me sube a la cabeza
Y comienzo a protestá

Yo soy negra como la noche,
Como el carbón mineral,
Como las entrañas de la tierra
Y como el oscuro pedernal.

Así que no disimulen
Llamándome de color
Diciéndome morena
Porque negra es que soy yo.





LOS FRUTOS DE MI TIERRA

Al Dr. Antonio José Sarria Misas

Quisiera traerte de mi tierra,
Lo más representativo de mi raza
Un racimo de peces de colores
Y cocos de diferentes palmas.

Un collar de blancas azucenas
Que nos traen las olas hasta la playa
Y un coral que imitara tu boca
Para guardar el marfil que allí se halla.

Un puñado de diferentes aves
Que nos cantaran a mañana y tarde
Y una isla al sur de la patria
Para imitar la de nuestros primeros padres.

Un negro de cuerpo apolineo
Con sonrisa ingenua iluminándole la cara
Y una esbelta palmera de piel negra
O una sirena negra para endulzar el alma.

Un atardecer de arreboles rojizos
De trenzas doradas en las azules aguas
Y en una concha te traeré una playa
De esas que solo se ven en mi comarca.

Un gajo de vistosas mariposas
De variadas especies que cazare en las playas
Y en las manos un pedazo de horizonte
Donde el mar y el cielo se besan a la distancia.

Un faro que indicara el sendero
Como cocuyos en las marejadas,
Y en los brazos pescadores redes
De miseria y de desesperanzas.

En un caracol te traeré escondido
Un torrencial aguacero de los que hay a diario
Para que puedas sentirte en el Pacífico
Entre playas de arenas o selvas de manglares.





ANUDANDO ILUSIONES 

'Anudamos la ilusiones como una cesta, 
y las tejemos como una capa de colores'
Omar Rayo

Quise dejar atrás el pasado,
Decidida, tomé el bastidor,
Hilo, aguja y tela.
Y empecé a tejer ilusiones, 
Cansada de mis recuerdos,
De mis noches de desvelo,
Donde no ha aparecido una palabra nueva,
Un rayo de luna,
Ni un te quiero.

Imite las arañas en las cuevas de mis deseos,
Y elaboré un itinerario de viajes
Por mundos desconocidos
Que encontré en amarillentas páginas
De libros viejos.

En Buenaventura,
Desatracando mi velero
Levé anclas hacia la antigua Grecia:
De Sócrates, de Platón, de Troyanos guerreros.

Recorrí las pirámides de Egipto
En donde están los sepulcros
De faraones milenarios
Y de pasados imperios.

En la India vi las vacas sagradas
Deambulando al azar;
Y descendiendo las escalinatas de Jorge Zalamea
En el río Ganges
Sepulcro tradicional de un pueblo hambriento
Alimentado por la fe y las creencias.

En Italia 
Visite Venecia con sus Góndolas
¡Que hermosura de paraíso y sueño!...

En la cúpula de San Pedro
Perpleja observé el espíritu renacentista de Miguel Ángel
Que hombro a hombro con Da´Vinci
Sellaron con broche de oro
La universalidad de sus genios.
Allí en las alturas del monte Sacro
Recordé el juramento de Bolívar
De libertar a su pueblo
Paseando por los campos 'Elíseos'
Me detuve frente al arco del triunfo
En donde encontré el nombre 
De Francisco de Miranda
Desafiando el tiempo.

En Taiwán, muchas mujeres diminutas
De ojos rasgados 
De porcelana y silencio
Encadenadas aún a culturas ancestrales
De su pueblo.

De pie en el Sahara
Deslumbrada ante tanta belleza
No sabría decir donde estuvo Dios primero
Si en las montañas de arenas del desierto
O en la cordillera de los Andes de mi América.

En New York,
La estatua de la libertad
Lleva la llama viva y anhelada
De todos los pueblos.

Cartagena,
Patrimonio histórico de la humanidad
Sus murallas, recuerdo de invasiones piratas
Y de un Morgan guerrero.

Un grito de dolor
Me volvió a la realidad
Al enredarse la aguja en el dedo
Manchas escarlatas adornaron la tela
Mientras de mis ojos saltaban al espacio
Y caían al costurero
Dos gotas transparentes de aguacero.






¡Que güelva mi mujé!

Hoy cuando tengo pena
me voy a navegá
con mi champa y mi canalete
empiezo a canaletiá.

Y es por esa negra
que la pena me va a acabá
y cojo mi atarraya
y empiezo a atarrayá.

La marea sube y baja
y yo estoy en alta má
pensando que llego al rancho
y mi negra allá no está.

¿A dónde estará mi negrita?
¿Cómo se olvidó
de tantas cosas buenas
que a mi lado pasó?

Toitico se lo daba
lo que poría yo
trabajaba a sol y agua
porque era mi adoración.
Me dejó sin motivo
y se fue con el patrón.

Y aún estoy esperando
a que güelva otra vé
y güelvo y se lo perdono
porque sin ella no sé qué hacé,
mi vida no tiene sentido.
¡Ay, por Dios, que güelva mi mujé!



Cuando el negro dice

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el color de las algas y el manglar,
la dulce provocación del chontaduro,
el insinuoso vaivén de las canoas,
el dorado amarillo del oro
y el sentimiento de nostalgia de África.

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene el llamado angustioso de los tambores,
las rondas acrobáticas de las ballenas,
el balanceo rítmico de las palmeras
y la paciente espera de los esteros.

Cuando el negro dice marimba y guasá
su voz tiene la nocturna fragancia de los jazmines,
el sentir pegajoso del salitre del mar en el cuerpo,
el sabor inconfundible del encocao de jaiba
y el atardecer en una playa de amor
entre redes de luceros.

Cuando el negro dice marimba y guasá
la sangre se da prisa en las venas
bailando al compás de los arrullos,
de sentimientos que se escapan de los labios
como monótono repicar de campanas
cuando anuncian la fiesta en el altar
y te deja en la boca la frescura
del himno que te falta por cantar
al amor, a la vida, a la nostalgia
y a los amores que faltan por llegar.



Pobreza negra

El negrito tiene sueño
quién lo arruyará
tiralo en un petate
o en una estera quizá
que el negrito se duerme solo
naide lo arruyará
cuélgale una hamaca
que él solo se dormirá
que la mamá cogió el potro
y se embarcó pa’ la ma’
dicen que a pescá cangrejo
o jaiba será quizá.

Y cuando el negrito dispierte
quién lo alimentará
mi comadre la vecina
que está rando’e mamá.

El negro no tiene compota
ni tetera pa’ chupá
lo que tiene es un pellejo
que es la teta’e la mamá.

Jala, jala, mi negrito
la teta e’tu mamá
el negrito jala y llora
porque naa le bajará.

La mamá no tiene leche
porque en ayunas está
pero le bajará gota a gota
la sangre’e la mamá.




Esberta parmera

Soy una negra de raza y esbelta como parmera
el que quiere cogé coco, que suba a carera
mis pipas están tiernitas, pa’si las quiere probá
pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá.

Me alimento de chuntaruro,
canchimala y calamá
tomo jugo’e naidí pa’poreme acompletá
así que si usted no aguanta, no se suba a mi parmá
cuando se calienta mi cuerpo
y me empiezo a remoliniá.

Los cocos que no son jechos, al suelo van a pará
por eso yo se lo rigo, y pa’sipuere aguatá
que asujete ruro, cuando me empiece a meneá
y si no tiene resistencia, no se suba a mi parmá.


Mary Grueso Romero- Colombia






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Mary Grueso Romero 

Nació en 1947 en el Corregimiento de Chuare Napi, en Guapi, Cauca, Colombia. Es licenciada en español y literatura, egresada de la Universidad del Quindío, especialista en Enseñanza de la literatura de la misma universidad y en Lúdica y recreación para el desarrollo social y cultural de la Fundación Universitaria Los Libertadores, escritora, poeta y narradora oral colombiana. Nacida en Guapi, Cauca y radicada en Buenaventura, Valle del Cauca. Ha sido honrada con el título de almadre a la excelencia poética femenina del Museo Rayo.

Es hija de Wilfredo Grueso y Eustaquia Romero, y descendiente de esclavos, un pasado que se pone de manifiesto en su obra cargada de contenidos libertarios y reivindicatorios del pueblo afrodescendiente. Durante su niñez vivió con su abuelo Martín Romero y cursó sus estudios primarios en el Colegio San José de Guapi.

A sus 23 años contrae nupcias con quien podría ser considerado el artífice de la posterior carrera artística de Mary, Moisés Zúñiga quien, en el que sería el inicio de su copiosa vida académica, la apoya para ingresar a la Normal Nacional la Inmaculada Concepción, de donde se gradúa como maestra bachiller; luego ingresa a la Universidad del Quindío de la cual recibe el título de Lic. en español y literatura en 1999 y de Especialista en enseñanza de la literatura en el año 2000; en el año 2001 obtiene un diplomado en Gestión de proyectos culturales de la Universidad del Pacífico; en 2003 se titula en la Especialización en lúdica y recreación para el desarrollo social y cultural de la Fundación Universitaria Los Libertadores; y en 2004 la Universidad del Valle en convenio con la Unesco le otorga el título de diplomada en análisis y producción de textos.

Zúñiga no solo la instó a prepararse académicamente, sino que fue también quien la llevó a escribir, inspirada por el amor que hacia él sentía y por el dolor que le dejó su muerte. Así, su segundo libro publicado, El mar y tú es, en parte, reflejo de esa idílica relación.

Entre 2005 y 2007 se desempeñó como catedrática de literatura en la Universidad del Valle, también ha ejercido su labor docente en la Universidad Libre, la Universidad del Pacífico y en algunos colegios bonaverenses. Ha sido presidenta y vicepresidenta del Consejo de Literatura de Valle del Cauca. En 2011 fue nombrada Directora Técnica de Cultura de Buenaventura por el alcalde José Félix Ocoro Minotta.

Por su labor artística y docente se ha hecho merecedora de diferentes honores entre los que destacan el reconocimiento como la Primera mujer poeta consagrada del Pacífico caucano otorgado en 1997 por la Normal Nacional de Guapi; el Premio a la Mujer del Año en el Aspecto Literario otorgado por la Universidad Santiago de Cali y el Premio a la Mejor Maestra concedido por la Secretaría de Educación del Valle del Cauca en reconocimiento a su proyecto etnoeducativo, ambos de 2007; año en que también es condecorada por el Museo Rayo con el título de almadre, otorgado a las mujeres poetas que han logrado la excelencia, al cual para esta edición especial se le cambia el nombre por el de almanegra pues las tres homenajeadas de ese año eran poetas afrocolombianas: Mary acompañada de María Teresa Ramírez y Elcina Valencia.

En 2008 la cadena televisiva Señal Colombia realizó dos documentales sobre su vida y obra, incluidos en el programa Vocación Maestra y Cimarrones. Fue incluida, además, por el programa Por qué creer en Colombia como uno de los colombianos de mayor reconocimiento; así mismo Yubarta Televisión, canal de la Universidad del Pacífico, ha realizado tres documentales sobre su vida en los que destaca su papel como poeta, maestra y narradora oral.

Obras

Libros

El otro yo que si soy yo
El mar y tú
Del baúl a la escuela
Poesía afrocolombiana
Negra soy

Material sonoro

Mi gente, mi tierra y mi mar (Disco compacto)